Cómo Pasé de la Ansiedad a la Felicidad Plena

Cuatro estados de ánimo en menos de dos años

Aline Conté
KAN by MUKTEK Academy

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Amo trabajar a distancia y tener la libertad de cambiar de locación cada vez que quiero. He tenido la oportunidad de trabajar desde la terraza de mi casa, las oficinas de The Pool, la biblioteca de INSEAD y una cafetería hipster en Barcelona, entre otros. De hecho, mientras estaba en Barcelona, decidí escribir este blog post. Porque me encontré en una cafetería donde, en la mitad de las mesas, se encontraban personas como yo. Personas que tomaban un café -seguramente ya frío, mientras trabajan por horas delante del ordenador, y que, de tanto en tanto miraban con nostalgia a través de la ventana.

Cuando decidí que quería trabajar a distancia, imaginaba mi vida perfecta. Despertándome sin alarmas, viajando a cualquier lugar del mundo, llevando una vida balanceada, pero sobre todo siendo libre. Sin embargo, trabajar por tu cuenta no es un cuento de hadas, pasas por diferentes etapas y estados de ánimo. Yo, en menos de dos años pasé de la risa a las lágrimas, del enojo a la risa de nuevo.

FASE INICIAL

Al principio empecé con depresión. Depresión al no tener los clientes necesarios, al no poder llevar el estilo de vida que quería y al no poder salir con mis amigas a todas horas, porque claro, ¡ellas tenían un trabajo regular de 9:00 a 18:00. Una vez que adquirí mi primer cliente, me frustré. Estaba feliz de haber logrado ese primer contrato, pero al no estar acostumbrada a trabajar sin horarios, fui perdiendo el enfoque.

Mi primer cliente fue pequeño, así que podía darme el lujo de despertar tarde, ir al gym a mitad del día y no empezar a trabajar antes de las 2:00pm. Sin darme cuenta y sin culpa alguna, estaba perdiendo la mitad de mi día y, ¡la posibilidad de conseguir nuevos clientes!

UNA VEZ QUE LA COSA SE ACOMODÓ

Después, junto con los clientes, llegó la ansiedad. Acepté más trabajo de lo que podía manejar. Manejaba más de tres proyectos al día, saltando de una idea a otra y perdiendo media jornada tratando de organizar mi día. Todo esto, sumado a mi idea de que practicar cualquier nuevo deporte era cool, así que, terminaba agregando una sesión a las nueve de la noche o siete de la mañana. No, no es tan buena idea diseñar la estrategia de contenido de una startup dedicada a mejorar tus finanzas, mientras tratas de escuchar el día de tu novio, antes de ir a la cama.

NO OLVIDEMOS LA CULPA

¿Por qué lo hacía? No lo sé. Digamos que tenía en la cabeza este estereotipo de éxito, en donde cualquier actividad cabe en tu agenda, y entre más “ocupada” digas que estás más cool eres.

Si por alguna razón no entregaba algo a tiempo, me entraba un terrible sentimiento de culpa que me acompañaba por varios días. Soy una adicta a las redes sociales, veía como varios influencers alcanzaban sus retos, con consejos tipo “trabaja día y noche y alcanzarás tus sueños” o “las personas exitosas se despiertan a las cinco de la mañana”. Si estaba haciendo todo lo que decían, ¿cómo no alcanzaba mis sueños? Aunque siendo sincera, a esas alturas ya ni sabía cuál era mi sueño ni lo que quería lograr con todo esto.

UN RAYITO DE LUZ

Una vez que agoté todas mis energías y me di cuenta que no era feliz, llegó la calma. Tuve que admitir que no estaba dando lo mejor de mí, dejar uno que otro proyecto y repensar mi propósito. ¡Qué felicidad es darse cuenta que eso que te venden los medios, no es sinónimo de éxito! Éxito es llevar una vida libre, trabajando en lo que te gusta, mientras logras compartir tu crecimiento con tus seres queridos.

Meditación fue un punto clave, pero también el poder compartir experiencias con otras personas que trabajan igual, de forma independiente. No todos los días tengo que ir al gym, no todos los días tengo que reunirme con mis amigos o clientes si no puedo. Sí, puedo trabajar en pijama si eso me hace feliz, no, no puedo ir a juntas así para mostrar lo “feliz y libre” que soy. Sí, puedo irme a recorrer el mundo, pero tomando en cuenta que deberé trabajar unas horas pues no son vacaciones. Pero estoy contenta y por el momento seguiré así.

¿Por qué escribí este artículo? Porque sé que para muchas personas un trabajo regular no es lo que quieren. Sí, den ese salto, pero siendo sinceros y tomando en cuenta que no todo es color rosa. También sé que hay muchas personas luchando por sobresalir y alcanzar sus metas, mientras pagan rentas y deudas; compañeros, no están solos. Platiquen y compartan su experiencia, sus consejos y sus planes futuros.

¡Gracias por leerme! Si tu también has pasado por esta montaña rusa, da click en 👏 y muestra tu solidaridad.

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