Viajar como crecimiento personal

Aline Conté
KAN by MUKTEK Academy
3 min readJul 11, 2017

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Por Aline Conté

¡Hola!

Mi nombre es Aline, soy viajera desde que estaba en pañales y emprendedora desde hace un par de meses (aunque me gusta pensar que desde hace años, solo que estaba un tanto perdida já).

Aunque me podría pasar todo un día platicando sobre mis relatos viajeros (¡créanme, me ha pasado de todo!) y los mil y un motivos para decidirte a dar la vuelta por el mundo, esta vez quiero compartir contigo, 5 lecciones que me han dado los viajes que aplican al momento de emprender.

  1. Aprendes nuevos idiomas. Sabemos que el inglés es la lengua universal y predilecta para viajar y hacer negocios en cualquier parte del mundo, pero la realidad es que generas mucha más empatía cuando haces un esfuerzo por aprender la lengua local. No necesitas hablar 10 idiomas, pero sí aprender lo mínimo para que noten tu interés.
  2. Vives como local. ¿Quieres crear un producto que dé acceso a agua potable a personas en situación de vulnerabilidad? ¿Quieres crear la nueva startup tecnológica que revolucionará el mundo? Lamento decirte que esto sólo es posible una vez que logres entender la ciudad en la cual quieras empezar. No solo necesitas conocer sus necesidades, necesitas aprender sus comportamientos, sus miedos y sus inquietudes. Convive con sus habitantes lo más que puedas, como si decidieras irte a vivir allá por un año. Verás como ellos mismos te ayudan a definir tu negocio.
  3. Nunca te rindes. El 01 de enero del 2017, a las 5.a.m, iba camino al Volcán Acatenango en Guatemala. Había decidido que ése, el volcán más alto del país, sería mi primer reto y experiencia haciendo hiking en volcanes (sí de repente soy algo intensa). Llevaba más de cuatro horas de actividad, cada vez me era más difícil respirar y mis piernas comenzaban a temblar… estaba a punto de tirar la toalla y regresar. Justo cuando sentía que ya no podía, una parte de mí recordó todo lo que había hecho para poder estar ahí: el avión, el trabajo duro para poder ahorrar, el despertarme a las 4 de la mañana… Sabía que no podría regresar a Guatemala pronto. No podía renunciar ahora. Después de varios meses sigo sin encontrar las palabras que me permitan describir la sensación que trajo consigo el paisaje en la cima de aquel volcán, pero recuerdo perfecto el razonamiento post-experiencia que tuve. Descubrí la fuerza en mi interior, pero también la importancia de no rendirme. Aunque muchas veces no nos demos cuenta, cada paso que damos nos acerca a nuestra meta, aunque muchas veces tengamos ganas de tirar la toalla, debemos recordar siempre porque iniciamos esta nueva aventura.
  4. Eres valiente. Renunciar a la comodidad de un trabajo regular para recorrer el mundo, establecerte en una ONG del país más exótico, abrir tu coworking o hacer paddleboard en El Caribe, te hace valiente. Estás dispuesto a salir de tu zona de confort y aceptar los momentos de incertidumbre que se te presentan. Y aunque muchas personas te dirán que estás loc@, tienes que dar ese siguiente paso. La vida es una y no hay tiempo para pensar en el “hubiera…”.
  5. Encuentras inspiración. Así como llegan ideas increíbles mientras estás en la ducha, pueden llegar mientras tomas un espresso frente a la Piazza del Popolo en Roma, Italia. Puede que la persona sentada a tu lado en el avión sea tu próximo socio o esté creando un negocio similar al tuyo del cual te puedas apoyar. Yo misma, al ver que el destino me presentaba artistas talentosos en mi camino, decidí emprender mi tienda de diseño en línea y ahora conecto personas de diferentes países del mundo. Te aseguro que viajar es la respuesta para cualquier bloqueo creativo.

¿Te atreves?

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